El Nuevo Mundo reúne una serie de ensayos que dan cuenta del constante interés que vinculó el pensamiento de William Bronk con las culturas prehispánicas. Heredero en este sentido de las preocupaciones que manifestó a lo largo de su vida y su obra el poeta Charles Olson, Bronk dedicó parte considerable de su tiempo a estudiar y viajar a los lugares considerados como epicentro de la cultura maya. En este libro se pueden encontrar, así, reflexiones sobre sus viajes y estudios que realizó desde los sitios arqueológicos de Tikal, Palenque y Copán; así como la crónica de un viaje que hiciera el poeta a Machu Picchu. Este libro es un ejemplo del interés que inspiró en los poetas norteamericanos del xx el misterio y el “álgebra” de las antiguas civilizaciones mesoamericanas. Y no sólo eso, la prosa seca y concisa de William Bronk le da a sus estudios sobre los mundos maya e inca una densidad filosófica y una seriedad especulativa que es difícil de encontrar en estudios de esta misma índole realizados por antropólogos o historiadores profesionales. Literalmente, a través de su prosa y de su mirada penetrante, Bronk descubre otro mundo frente a nuestros ojos.