“Está la memoria del narrador, su desdoblamiento en el eco de las voces que escucha alrededor. Está el gusto por la literatura simbólica y el sentido filosófico. Y está el rumor del horror que se filtra poco a poco en los episodios, que narran los contrastes entre puntos de vista diversos enfrentados por la perspectiva de quien narra. En síntesis, detecto una voluntad de escritura que, conforme se expresa, se cuestiona a sí misma. Mundos interiores que se vierten en la realidad para contagiar la incertidumbre. […] columbro persistencia, lucidez, dominio literario y una postura frente a la existencia que merece explayarse a plenitud.”
Sergio González Rodríguez