Sergio González Rodríguez es uno de los mejores prosistas de nuestro tiempo. En El mal de origen no sólo corrobora esta aseveración, sino que se da libertades, en un sentido formal y conceptual, para abordar los problemas más apremiantes de nuestras época: la ciudad y sus multifacetas, agónicas y esperanzadoras a un tiempo; los umbrales fronterizos; la sociedad y sus vilezas, acompañadas por el mal inherente a la condición de los hombres. A través de una inteligencia encendida y vertiginosa, González Rodríguez nos coloca en el centro del debate de nuestro tiempo y nos libera al azar de nuestro propio designio.«En algún momento del tiempo futuro, en algún lugar cercano o la ciudad que congrega a cada quien, una persona ahora ignota, pero existente en la virtualidad que habitamos, se preguntará cómo hicimos, de qué materia estaban hechos nuestro cuerpo y nuestra alma que logramos sobrevivir a un tiempo tan aciago, tan lleno de escollos, mientras otros hombres y mujeres gozaban de riqueza y privilegios inicuos.»
[El mal de origen, p. 24]